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Vaerá (Shemot / Éxodo 6:2 - 9:35)

Actualizado: 11 jul

“Dios continuó hablando a Moshe, y le dijo: “Yo soy el Eterno””.


En la Biblia, a veces hace referencia a Dios como a Elohin, que significa “juicio” y también como Yud, Hei, Vad, Hei (el Tetragrámaton, un nombre que no pronunciamos), que significa misericordia. En ocasiones, ambos nombres aparecen en la misma frase. Como escribió el rey Shlomó: “Hay un tiempo señalado para todos, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo” (Eclesiastés 3:1) en otras palabras, o estamos en un tiempo de juicio, como el conteo del Omer, o en un tiempo de misericordia como Sucot. ¿pero como pueden el juicio y la misericordia ocurrir al mismo tiempo, tal como pueden estar indicando por la yuxtaposición de ambos nombres en una misma frase?


Estamos condicionados a pensar en el juicio como negativo y en la misericordia como positiva. Pero cuando nos referimos al Creador, no existe tal cosa como un aspecto de negatividad. Mas bien, solo existe la sabiduría suprema y la compresión de como tratar a cada persona exactamente de acuerdo a lo que la persona necesita realmente. Para cambiar y transformarse, algunas personas necesitan juicio, mientras otras necesitan misericordia. Y extrañamente hay incluso algunas personas para quienes el Creador necesita permanecer totalmente oculto.


La mayoría de personas están en algún lugar intermedio a veces necesitamos misericordia, mientras que otras veces necesitamos juicios. En realidad, la elección es nuestra, y dicha elección depende de nuestras acciones y nuestra consciencia. Si en el nivel de nuestra alma necesitamos y queremos que se ejerza presión sobre nosotros porque no estamos haciendo lo que supone que deberíamos estar haciendo, entonces elegimos el juicio. Pero si después de luchar y sufrir necesitamos el amor y la benevolencia Divinos, podemos elegir recibir misericordia del Creador.


Así pues, cuando entendemos realmente lo que sucede en nuestras vidas, no decimos: “¿Cómo pudo hacerme esto el Creador?”, porque en el sentido mas real nos hacemos “esto” a nosotros mismos.


Refiriéndose “esto” a las elecciones que hacemos. El Baal Shem Tov (Rav Israel ben Eliézer, 1698-1760) dijo que el Creador siempre esta enojado con nosotros por la negatividad que hay en nosotros, pero, al mismo tiempo, el Creador nos ama por todo lo bueno que hacemos. Ambos elementos – la capacidad para la negatividad y la capacidad para lo bueno – están presentes en cada uno de nosotros; en nuestra conciencia la que atrae al Creador la fuerza del juicio o la fuerza de la misericordia. Lo que recibimos del Creador depende de nuestras elecciones y las acciones que llevamos a cabo. Nosotros determinamos la conexión asi que necesitamos preguntarnos, puesto que tenemos albedrío, por qué continuamos tomando las decisiones que tomamos.


Cuando leeos el Zohár cada día, aunque sea solo durante unos minutos estamos usando las herramientas que Rav Shimón nos dio para hacer una conexión positiva. La Luz que se releva en tan solo cinco minutos del Zohár, nos conecta con el aspecto misericordioso del Creador. Al mismo tiempo, debemos recordar que el Baal Shem Tov dijo: “si una persona que reza sale de la sinagoga siendo la misma persona que entro, es como si esa persona no hubiera rezado en absoluto”. Lo mismo sucede con el estudio del Zohár. Necesitamos abrirnos a la Luz para que pueda ayudarnos en nuestra transformación.


Una breve historia…


Había una vez un Rey que estaba muy enfermo. El rey dijo que a la persona que pudiera curarlo se le concedería dos horas en la tesorería real para tomar todo el oro, los diamantes y los rubíes y los que pudiera reunir en ese periodo de tiempo, uno de nos los consejeros del rey curo al rey, aunque el rey fue curado, naturalmente no quería compartir su tesoro con nadie, así que ingenio un plan para frustrar el plan del consejero. Sabiendo que este consejero en particular era un apasionado de la música, el rey contrato a 100 de los mejores músicos en su reino para tocar dentro de la tesorería mientras que el consejero estaba reuniendo su fortuna.


Cuando el consejero empezó a juntar su recompensa se distrajo con aquella hermosa música. Decidió tomarse unos minutos para sentarse y escuchar; después de todo tenia dos horas. Pero cada vez que el consejero se daba cuenta de que sus bolsas estaban todavía vacías y que sería mejor empezar a llenarlas, la música sonaba mas alto o se introducía un nuevo instrumento, y entonces volvía a distraerse.


Finalmente, con toda su fuerza de voluntad intento apartarse de aquella música y comenzó a recolectar su tesoro. Pero justo cuando su puño tomo el primer lingote, uno de los soldados del rey lo tomo de la muñeca y dijo: “¡tu tiempo a finalizado!”.


En nuestra vida nos distraemos como lo hizo el consejero del rey. Cuando empezamos a enfocarnos en el propósito verdadero de nuestra vida, Satán – nuestro principal oponente – distrae nuestra atención. La única forma de derrotar a Satán en este juego, en primer lugar, no darle espacio para entrar. Se necesita un trabajo y un esfuerzo constante: no podemos dejar pasar un solo dia sin leer o scanear el Zohár, ni ningún día sin dar y compartir, no puede existir una conexión intermitente con la Luz del Creador. Nuestro esfuerzo debe ser diligente y consciente.


Satán es como un huésped que pide quedarse a pasar la noche. Después que el anfitrión accede, Satán menciona que no tiene trabajo. Así pues, el anfitrión le da un trabajo. En poco tiempo, Satán solo es socio en la compañía ¡sino que también se ha apoderado de la casa! La única forma de detener a Satán es no dejarlo entrar, porque al principio de Satán es un invitado, pero al final acaba convirtiéndose en el dueño de la casa.



SINOPSIS DE DE VAERÁ



Las diez plagas de Egipto que sucedieron en esta historia representan los diez niveles de la negatividad de Satán. Cuando leemos acerca de las plagas y escuchamos las frases en la lengua hebrea original somos inoculados en un antídoto espiritual que nos ayuda a vencer a esas fuerzas negativas.


Mientras estuvieron en Egipto, el estado de la conciencia del pueblo había decidido a la 49ª puerta de la negatividad; la 50ª puerta es un nivel del cual no hay retorno. El alcance de la esclavitud interna de la gente era tal que solo el Creador mismo podía liberarlos. Ni los ángeles, ni los emisarios, ni siquiera las emanaciones de Luz del Creador; necesitaban la totalidad de la Luz del Creador, el equivalente espiritual de una explosión, para liberarnos de sus cadenas espirituales.



Primera Lectura – Avraham – Jesed - 6: 2 -13


Segunda Lectura – Yitsjak – Guevurá - 6: 14 – 28


Tercera Lectura – Yaakov – Tiferet 6: 29 – 30 al 7: 1-7

Cuarta Lectura – Moshé – Nétsaj 7: 8 – 29 al 8: 1-6


Quinta Lectura – Aharón – Hod - 8: 7 - 18


Sexta Lectura – Yosef – Yesod - 8: 19 – 28 al 9: 1-16


Séptima Lectura – David – Maljut- 9: 17 – 35



HAFTARÁ DE VAERA

EZEQUIEL 28: 25 al 29:21




Fuente: La Biblia Kabbalistica, Éxodo, Editado por Yehuda Berg.

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