top of page

Tzav Vayikrá / Levítico (6:1 a 8:36)

Actualizado: 11 jul


Esta parashá es la segunda del libro de la Torá, conocido como Vaykrá o Levítico. El nombre de la parashá, Tzav, es como comienza la misma y puede traducirse como "ordena". Las órdenes, (tzav) para los Bnei Aarón (descendientes de Aarón el primer Cohen principal), siguen un orden. En un principio tenemos las leyes de la Olá (nombre que se le da a este tipo de ofrenda) ya que éste es el sacrificio por los malos pensamientos o las intenciones equivocadas, que constituyen el principio del error.


Dos veces en este pasuk (versículo) se alude a la humildad. En primer lugar la ropa de lino, material muy simple y accesible a todos, que era usada por el cohen. En segundo término por el hecho de que era el mismo cohen quien debía de realizar la limpieza del Mizbeaj (altar) y no debía de delegarlo en ningún otro. ¿Acaso no parece más lógico, que una limpiadora o un empleado de menor rango se ocupara de esa tarea?


Leemos al respecto en el Shulján Aruj:


"Existen cualidades que es prohibido practicar según la vía media, sino que debe alejarse de ellas al extremo. Es el caso del orgullo. Efectivamente, la virtud consiste no sólo en ser modesto, sino humilde al extremo. Vemos que la Escritura califica a Moshé Rabeinu de "extremadamente humilde" y no de simplemente humilde"


También: "¡Cómo podemos enorgullecernos de nuestros bienes, de nuestra fuerza, de nuestra inteligencia, de nuestras capacidades; como si estos valores fuesen nuestra adquisición personal! ¿Acaso no debemos todo al Dueño del universo que nos proporcionó esos bienes y esas cualidades para nuestro desarrollo y nuestro éxito? Debemos serle reconocidos de todo corazón y conducirnos en consecuencia con humildad y sumisión a Sus Mandamientos":


Leemos en Vaykrá Rabá 7:


"Lo que descalifica al animal y lo vuelve Pasul (no apto), es precisamente lo que valoriza al hombre y lo vuelve Kasher. Una bestia que tiene un miembro roto es considerada Trefá. La persona con el corazón quebrantado goza de la estima y de la afección Divina"


Esta idea también está expresada en el Salmo 51 según vimos en relación al tema de los sacrificios en el comentario a Parashat Vaikrá. Pero esto parece conducirnos a un cuestionamiento. En la sociedad occidental estamos acostumbrados a que el ideal de persona es aquél que es totalmente seguro de sí mismo. ¿Cómo podemos ser seguros de nosotros mismos y a la vez ser extremadamente humildes? ¿Es que está todo el mundo equivocado, o acaso la Torá pretende que vivamos sufriendo?


La respuesta la podemos encontrar al final de la Haftará:


"Así ha dicho D-os: No ha de loarse el sabio con su Sabiduría, ni se loe el valiente con su valentía, ni se alabe el rico con su riqueza. Sino con esto, que se alabe quien se alabare: discernir y conocerme a Mí, ya que Yo soy D-os, el que hace benevolencia, derecho y justicia en la Tierra, ya que estas cosas Yo deseo, dice D-os".


Irmiahu 9:22-23


Cuando hablo de mí mismo: ¿de qué yo estoy hablando? ¿de mis títulos universitarios? ¿de mi fuerza física? ¿de mi cuenta bancaria? El Naví nos contesta que si ese es el Yo del cual me siento seguro estoy equivocado. Es tan sólo de nuestra chispa divina, que nos conecta con el Creador, de lo único que puedo y debo sentirme seguro.


Pero hay otra connotación en el hecho de que era el cohen mismo quien limpiaba las cenizas. Es el hecho de que debemos hacernos personalmente responsables por todos los detalles de aquellas tareas que emprendemos. No podemos simplemente decir lo que habría que hacer y esperar que otros hagan la tarea por nosotros, creyendo que van a hacerlo como nosotros lo haríamos. Debemos transformar nuestros simples deseos y necesidades adecuados, en una intención real. Entonces y sólo entonces se tornarán en realidades. Aunque para ello tengamos que limpiar nosotros mismos las cenizas.


Leemos en el Zohar:


Aprendemos que cuando un hombre esta a punto de pecar ante su Señor, se quema a si mismo con la llama de la Inclinación del mal, la cual a su vez viene del Espíritu de la Contaminación; por lo tanto, el Espíritu de la Contaminación mora en el. Algunas veces se sabe que el sacrificio viene de ese lado, A SABER: LA CABRA, porque el debe ofrecer en el altar eso que es como el, COMO EL PECADOR. Ese espíritu de la Contaminación no es consumido o anulado ni del lado del hombre pecador no de ese lado del cual viene, salvo por el fuego del altar, ya que este fuego destruye el Espíritu de la Contaminación y la especie del mal. El sacerdote se concentra en esto cuando enciende el fuego que consume la especie del mal del mundo. HAY POR LO TANTO LA NECESIDAD DE UN SACERDOTE PARA HACER ESTO, YA QUE UN SACERDOTE ES DE LA DERECHA, Y LA DERECHA CONSUME A LA IZQUIERDA.


Vaykrá 8:1-13


Habiendo completado las instrucciones relativas a los procedimientos para los sacrificios, la Torah pasa a describir el proceso de confirmación en el sacerdocio de Aharon y sus cuatro hijos. Moshe congregó a todo el pueblo judío a la entrada del Tabernáculo para que pudiese presenciar el ritual.


El propósito del sacerdote:


Dijo Moshe a la comunidad: "Este procedimiento es lo que D-os ordeno hacer."


Aharón y sus hijos fueron instalados como sacerdotes por medio de dos tipos de ofrendas: los sacrificios específicos que Moshe ofrendó en nombre de ellos todos los días durante una semana completa en ocasión de la inauguración del Tabernáculo, y una ofrenda de trigo que cada sacerdote debía realizar su primer día de servicio (y el sumo sacerdote fue obligado a ofrecer dos veces por día). El objetivo de dichos sacrificios eran despertar dentro de Aharon y sus hijos las cualidades que les permitirán actuar como representantes del pueblo judío ante D-os, tanto para lograr la explicación por sus faltas como para elevarlos a mayores alturas de conciencia divina.


Cada uno de nosotros tiene el poder interior no solamente de sobre ponerse a la oscuridad espiritual si no también de transformarla a luz. Sin embargo, por diversas razones no siempre tenemos a nuestra disposición ese poder interior. Por lo tanto, debemos buscar a personas que estén impregnadas de la Torah y más avanzadas en el camino de la depuración espiritual para poder beneficiarnos de sus guías e inspiración. Al mismo tiempo también debemos desarrollar nuestro "sacerdote" interno, tanto para transformar en la luz nuestra oscuridad interior como para ayudar a los demás a realizar el mismo proceso en forma autónoma.


Cuando una persona estudia Torah en honor a Hashem, la Torah le sirve como elixir de la vida y por su intermedio se le expían todas sus faltas, igual como con los sacrificios; como expone el versículo "Esta es la Torah (la ley) de la ofrenda Ola, de la ofrenda mija". Pero aquel que estudia la Torah sin la intención de honrar a Hashem y sin la voluntad de observar lo que en ella esta escrito, la Torah se convierte para él, D-os no lo permita, como en un veneno, y para una persona así hubiera sido mejor no haber sido creada, como esta escrito: "Esta es la Torah de la ofrenda Jalat de la ofrenda Asham" ... (En sentido literal podría leerse: "Esta es la Torah de las faltas y las transgresiones").

63 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Shemot (Shemot / Exodo 1 - 6:1)

“Se levanto sobre Egipto un nuevo rey, que no conocía a Yosef” En el inicio de esta historia, la Biblia habla sobre si el Faraón conocía...

Kommentarer


bottom of page